Tres de los errores más comunes que cometen los inversionistas novatos y cómo evitarlos
La buena noticia es que al conocer y comprender estos errores comunes, podemos adoptar un enfoque estratégico y reflexivo, que nos ayude a evitarlos y nos prepare para alcanzar el éxito esperado. Seguidamente, analizamos tres de los errores más comunes que cometemos los inversionistas novatos y explicamos cómo evitarlos.
No diversificar el portafolio de inversión
Uno de los errores más comunes de los inversionistas novatos es invertir en un solo tipo de activo, por ejemplo, en acciones de una empresa que se cree está punto de despegar. Aunque es tentador buscar obtener grandes ganancias, esta estrategia es muy arriesgada. Lo más recomendable es diversificar la cartera o portafolio de inversión.
Distribuir las inversiones entre diferentes tipos de activos es un principio fundamental de la inversión. Ayuda a minimizar el riesgo, por el hecho de que los distintos tipos de inversión no se mueven en la misma dirección al mismo tiempo. Si una acción o sector presenta dificultades, otras partes de la cartera pueden ayudar a compensar las pérdidas.
Cómo diversificar la cartera de inversiones
No invertir todo el capital en una sola clase de activo, se debe crear una combinación de diversos activos, como:
- Acciones de empresas de grande, mediana y pequeña capitalización de diferentes sectores de la economía.
- Bonos gubernamentales y corporativos, ya que brindan estabilidad y un rendimiento predecible.
- Fondos cotizados en bolsa – ETFs, que tienen una amplia exposición de mercado y muestran un riesgo menor que las acciones individuales.
- Materias primas, que presentan un comportamiento independiente de los bonos y acciones y sirven de cobertura contra la inflación, debido a que tienden al alza cuando los precios generales se incrementan.
Diversificar reduce el riesgo de que una sola inversión arruine nuestro portafolio de inversión; esto nos ayuda a evitar poner todos los huevos en la misma canasta.
Ignorar la tolerancia al riesgo
Cada inversor tiene un nivel diferente de tolerancia al riesgo, y comprender el nuestro es esencial para tomar decisiones de inversión acertadas. Nuestra tolerancia al riesgo está influenciada por distintos factores, entre ellos:
- Nuestra personalidad: a algunas personas les gusta el riesgo, mientras que otras prefieren la estabilidad.
- Nuestra capacidad financiera: contar con un ingreso estable y ahorros nos permite asumir un mayor nivel de riesgo.
- Nuestro horizonte temporal: los inversores más jóvenes pueden asumir más riesgos que alguien cercano a la jubilación.
Encontrar el equilibrio adecuado
Ignorar la tolerancia al riesgo puede causarnos grandes dificultades, por ello es importante que encontremos el equilibrio adecuado:
- Si asumimos un riesgo alto, podemos entrar en pánico y vender en el peor momento posible, lo que nos ocasiona pérdidas considerables.
- Si evitamos el riesgo por completo, nuestras inversiones pueden no crecer lo suficiente para alcanzar nuestros objetivos financieros a largo plazo.
Para evitarlo, debemos conocer nuestra tolerancia al riesgo y elegir inversiones que se ajusten a ella:
- Si somos inversores conservadores, podemos centrarnos en activos como bonos y acciones que ofrecen dividendos.
- Si somos inversores agresivos, podemos inclinarnos por acciones de alto crecimiento e inversiones alternativas como las criptomonedas.
- Si nuestro perfil de inversor es equilibrado, podemos optar por una combinación de bonos, acciones, materias primas y ETFs.
Un enfoque que se basa en el conocimiento puede convertirnos en un inversor más astuto y disciplinado.
No investigar suficientemente el mercado
Invertir no se trata solo de elegir activos al azar y esperar lo mejor. Muchos inversionistas novatos cometemos el error de invertir basándonos en la publicidad, las recomendaciones de amigos o las últimas noticias financieras.
Seguir consejos ciegamente sin entender por qué se invierte en un activo, puede llevar a tomar malas decisiones. Antes de invertir es necesario investigar el mercado y las tendencias de los activos.
Una buena investigación no significa que tengamos que pasar horas analizando gráficos, pero incluso el conocimiento básico puede hacer una gran diferencia en el éxito de nuestras inversiones a largo plazo.